Memoria Historica

Cualquier forma de imponer una ideología es una barbaridad, algo que atenta contra la libertad de los individuos. Occidente debería haber aprendido después del Siglo XX que hemos pasado, de los totalitarismos tanto de Hitler como de Lenin y Stalin y de lo mucho que costo deshacerse de ellos.

Estas semanas hemos presenciado otra vez el resurgimiento de las soflamas de las leyes de memoria histórica, de “sacar” los restos de Franco del Valle de los Caídos y demás, todo para rescribir una historia que no les gusta, para ocultar lo que hizo el bando republicano y poner de manifiesto las injusticas de los nacionales. Y todo justo en el aniversario del asesinato de Calvo Sotelo por parte del PSOE.

No hace falta una Ley de Memoria Histórica, lo que hace falta es contar la historia, los datos objetivos de los acontecimientos que han ocurrido y que no pueden ser objeto de debate puesto que son hechos objetivos. Luego sobre estos hechos debemos sacar conclusiones y aprender de nuestros errores como sociedad para no permitir que se repitan las injusticias ni la barbarie.

Pero para eso, la mayoría de los españoles debe desaprender lo que sabe de la historia del Siglo XX, y concretamente de la historia de España. Que el golpe de estado del PSOE antes de la guerra, el asesinato por parte del PSOE de Calvo Sotelo, el robo del oro del banco de España, los expolios de las cajas personales de los bancos de Madrid y la huida de Indalecio Prieto y demás mandatarios socialistas rumbo a México con ese tesoro.

Todos estos acontecimientos que no deberían ser objeto de debate por ser hechos perfectamente contrastados y documentados, incluso por su propio bando, como el testimonio del socialista Francisco Vázquez sobre el asesinato de Calvo Sotelo, o los informes desclasificados en Alemania Oriental tras la caída del muro de Berlín donde detalla la participación de Santiago Carrillo en la defensa de Madrid y los asesinatos de Paracuellos del Jarama y Alcalá de Henares.

Todo esto es Historia, como historia es que el régimen de Franco también se convirtió en un régimen totalitario donde las libertades individuales estaban supeditadas a unos supuestos principios más elevados de defensa del país.

Las conversaciones que tengo a este respecto con la mayoría de la gente me recuerdan cada vez más a la escena de los Monty Python en la vida de Brian, cuando están quejándose del régimen imperialista romano, con la salvedad de que estos al menos eran honrados con la historia y aceptaban el mérito de los romanos con las cosas que habían hecho, a saber, seguridad, calzada, baños, alcantarillas etc. Pues me pasa lo mismo cuando hablo del régimen de Franco, que al final me “obligan” a defender las cosas que hizo, incluso cuando no estoy a favor por ser un exponente del intervencionismo, pero son datos objetivos que no deberían ser motivo de debate, como la creación de la Seguridad Social, las vacaciones remuneradas, la creación de la clase media en España, la practica erradicación del analfabetismo, la creación y modernización de las infraestructuras como pantanos, puertos, carreteras y ferrocarriles, la industrialización y un largo etcétera.

Si nos acercamos a este régimen de forma honrada, la verdad es que a nivel de resultados en cuanto a la gestión tenemos que darle una nota bastante alta, pero esto no es lo único que juzga la historia, también es un ejemplo de eficacia la Alemania Nazi que mantuvo en vilo al mundo siendo un país frente al resto del mundo.

Todos los sistemas totalitarios parten de la idea del colectivismo, de que por encima de la libertad e importancia del individuo están los colectivos, tanto los supuestos regímenes de derechas (Franco) como los de izquierdas (2º Republica, URSS etc.). Y este es el mayor de los errores conceptuales que tienen estos sistemas, por ello son perniciosos y “malvados”. Son sistemas basados en la lucha de 2 grupos y sin el enfrentamiento no tienen razón de ser, por eso necesitan generar esa crispación en el ambiente.

Después de la caída del muro de Berlín, el colectivismo económico no tiene defensa posible pero esta visión malvada del hombre no ha desaparecido, podemos verla hoy en la ideología de género o las políticas identitarias, corrientes que fueron ideadas por colectivos marxistas declarados. Y lo peor de todo, es que nuestra sociedad no tiene los mecanismos necesarios para defenderse de estos nuevos ataques, vemos a gente “sincera” y de “buena voluntad” defender estas posturas, y es por esa ignorancia del Siglo XX por la que se carece del conocimiento de lo que hacen estas corrientes y de donde desembocan.

Otra de las características que también me parece digna de mención es la “originalidad” que se le otorga a estas ideas, incluso a la forma de sus mensajes, vemos cómo Podemos habla de la vieja política siendo ellos un partido clásico marxista con un lenguaje del Siglo XIX. Me sorprende la similitud en las técnicas  usadas para establecer la ideología de género y los métodos propagandísticos de Goebbels.

En conclusión, me parece preocupante el analfabetismo cultural predominante en Occidente y concretamente en España y esta preocupación no es por el mero nivel cultural de mis conciudadanos, sino más bien por lo que se nos viene encima. No es la primera vez en la historia que nos enfrentamos a una situación parecida a esta y la historia vale para precisamente eso, (no de forma inequívoca, pero si muy certera) para evaluar qué llevo a qué sociedad a qué sucesión de hechos, pero cómo podemos analizar eso cuando nadie sabe de qué sociedad hablamos porque se nos han ocultado de forma deliberada y perniciosa precisamente por uno de sus protagonistas, de hecho, por el protagonista más funesto y oscuro: PSOE

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